martes, 31 de agosto de 2010

REFLEXIONES

Hoy no ha hecho tanto calor.
La temperatura ha sido agradable, incluso en algún momento de la tarde, se me ha puesto la piel de gallina mientras tomaba algo en una terraza con una amiga. Es una sensación agradable.
Hay varias cosas que me hacen sentir bien:

El fresco de la mañana, salir a la calle y sentir la brisa chocando contra mi a cada paso que doy.
Dormir con la ventana abierta, notando el aire pasar por encima de mi brazo, tener que taparme únicamente con la sábana.
Pisar césped con los pies descalzos. Y pisar arena de la playa por la noche, también descalza, claro.
Pisar nieve virgen, ¡con calzado!
Oler césped recién cortado.
Oler tierra mojada por la lluvia, justo cuando las gotas empiezan a caer, cuando se produce la mezcla entre tierra seca y agua.
Oler palomitas de maíz recién hechas.
Oler pan caliente.
Que me toqueteen el pelo, más que el pelo, el cuero cabelludo.
Sentir el agua caer por mi cabeza la primera vez que me corto el pelo después de tenerlo largo.
Bañarme en el río.
Ponerme el primer jersey de manga larga de la temporada.
.....................

Observar la gente que viaja en el tren. Me gusta imaginar qué pasaría si perdiera las formas con alguien. Por poner un ejemplo:
Veo a un individuo que va con actitud chulesca, que lleva música en el móvil por el altavoz......
Sólo le miro y desvío la vista hacia otro lado. Pero en realidad me gustaría decirle algo impertinente, dejarle en ridículo............ Pienso en lo que le diría, ...pero no lo hago.

Hoy había un chico sentado a mi lado. Llevaba el pelo a lo Jackson Five. Súper, súper-rizado. Me preguntaba si llevaba algún producto para que se mantuviese así o, si por el contrario, era su estado natural. He sentido unas ganas imperiosas de tocarle el pelo, así, con las puntitas de los dedos, sin que se notase mucho, y comprobar. No lo he hecho, claro. Lo normal es que el chico me hubiese mandado un poco más allá de aquella zona, si llego a hacerlo.

O como otra situación:
Una chica con la que coincido muchas mañanas, también en el tren. Me fijo en ella, es morena y tiene los ojos verdes, llamativa. Va siempre bastante bien vestida, y un día llevaba una blusa que tenía tres botones por detrás. Se los había abrochado mal. Me la imaginé vistiéndose, retorciendo los brazos por detrás de la espalda, con las manos hacia arriba, pero al revés...
Quise decírselo, que la llevaba mal, pero pensé que a mí qué me importaba ¿no? Nunca sabes cómo se puede tomar la gente algo que le dices de buena fe.

Como cuando alguien tiene algo entre los dientes, o le ha caído una broza en el pelo. Si le pasa a tu marido, amiga, etc, ningún problema en decirlo. Pero a veces estás esperando el metro junto a alguien que le pasa eso. Quieres decírselo, avisarle, pero ¿es asunto tuyo? A lo mejor te lo agradece, pero a lo mejor.......

Creo que esta entrada es un poco ñoña. Se me ha ido un poco la cabeza....... Jijijiijiji.
Bueno, es lo que tiene tener un blog, a veces escribes cosas interesantes, y a veces no.

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