martes, 14 de septiembre de 2010

SINGULAR

Hay personas diferentes, raras, que llaman la atención. Gracias a mi profesión he podido comprobarlo en muchas ocasiones. Pero hoy ha sido algo......muy peculiar.

En el barrio donde trabajo, tenemos un cliente habitual que es brujo. Brujo, vidente, pitoniso, llámale x. No lo sé a ciencia cierta, pero todo apunta a que es en su casa donde recibe a la gente que le quiere consultar. Alguna vez he pasado por delante, y ya desde fuera, te tienes que quedar mirando el lugar. Es llamativo, porque en medio de varios locales y porterías te encuentras una puerta pequeña y una especie de escaparate, todo en madera vieja y cristal (también viejo). Llaman especialmente la atención unas cortinas de cuadros oscuras que tiene para tapar dicho escaparate, y una pegatina de un sapo enganchada en el cristal.
A veces tiene la puerta abierta y se deja entrever la estancia. Estancia que he podido contemplar desde dentro hoy.
No tiene desperdicio.

Le he llevado unas cosas a su casa, él ha tenido un percance y debe hacer reposo, así que si necesita algo, nos llama y se lo llevamos.

La verdad es que cuando he entrado tenía miedo de que el cubículo que se ve desde fuera, tuviese mal olor.... No lo tenía bueno, pero tampoco malo. He podido comprobar que el cubículo es una pequeña parte de su casa, de dos plantas. La planta de arriba no ocupa toda la superficie, se comunica a través de un minibalcón que asoma a ese espacio singular.

No me ha dado tiempo a asimilar el desorden y la suciedad que allí reinaba. No puedo entender cómo puede desenvolverse en semejante antro. Mientras él estaba sentado en su butaca, buscando el dinero para pagarme, yo miraba atónita cada rincón de ese lugar.

Las paredes forradas en tela verde hasta más arriba de la mitad, en la parte sin forrar, colgaban infinidad de cosas, desde cuadros hasta láminas explicativas:
"El árbol de la vida", imágenes religiosas, un fotomontaje de un astronauta con su cara......
Pero lo peor no ha sido la pared, no. En un espacio casi cuadrado, bastante amplio, sólo quedaba libre un trozo de suelo de la medida de una persona, justo para pasar. El suelo.......el suelo también era muy raro, una parte cubierta de una lámina de corcho y el resto..... no lo he visto bien porque había demasiadas cosas encima.

Una tabla de planchar abierta aguantaba cómodamente medicamentos, trapos, una rebanada de pan (y no tenía pinta de ser de hoy, ni de ayer), papeles, blisters de pastillas (sin pastillas), etc.
Tenía unos cuantos muebles, repletos de amuletos y figuras, creo que budistas, aunque no lo puedo asegurar.........Una cómoda con cajones, cajones imposibles de abrir sin que chocaran con algún otro mueble mal puesto... Uno de los cajones se aguantaba con dos trozos de cinta aislante roja.......

Y todo, absolutamente todo, cubierto de una gruesa capa de polvo....

¿Cómo puede vivir así? No me entra en la cabeza, cómo puede hacer vida en ese sitio. Mis sospechas se han confirmado: lo que parece desde fuera, es mucho peor desde dentro.

Y ahí está, tan pancho en su rinconcillo.....

Creo que todos tenemos la libertad de elegir cómo vivir, de sentirnos cómodos con algo que a otros pueda resultarle incómodo, como dice el refrán: "sobre gustos no hay nada escrito".

Pero no lo entiendo. Eso no era comodidad. No-no.
Solo espero no tener que volver a pisar ese suelo, ni respirar ese aire cargado polvo.....
A veces tenemos que pasar por cada aro.....Nunca sé donde está el límite, en qué mometo decir NO. No es tarea nuestra llevar la compra de la farmacia a domicilio, pero ya entra en la conciencia de cada uno, realmente ¿qué te cuesta hacer ese favor? Lo malo es que a veces te encuentras en medio de cada jardín.......... La clientela te puede parecer de una manera o de otra cuando vienen a comprar a la farmacia. Pero luego en sus casas...........

La intimidad es algo misterioso.......

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