Hola!
Cómo está yendo este veranito? Para mi, empieza mi último fin de semana de vacaciones.
El lunes vuelvo a la rutina. No tengo ganas de volver a tener horarios, volver a cabrearme con el tren, volver a ceñirme a unas rutinas...pero es lo que toca. Por lo único que tengo ganas de centrarme es... por quitarme los 3 quilazos que me he traído de Granada! Sí. Por esa razón sí.
Este verano he vuelto al pueblo. A Jerez del Marquesado, en Granada. Hacía 3 años que no iba y tras la incesante insistencia de mi hija para ir este verano, decidimos que iríamos unos 10 días. Y los 10 siguientes iríamos de cámping. La segunda parte de las vacaciones (cámping) no se han llegado a efectuar y hemos alargado más tiempo en el pueblo. Un par de razones han hecho tomar esa decisión. La primera, es que no nos hacían reserva en el cámping que habíamos elegido y la segunda, es que las niñas allí estaban regaladas. La mayor ha empezado a moverse sola con sus amigas por el pueblo, a tener esa independencia tan preciada a su edad y además se lo pasa muy bien estando en la misma casa. Al tener una piscina hinchable las niñas no han parado de entrar y salir en cualquier momento que les apetecía. Mi hija pequeña ha disfrutado muchísimo. Desayunar en el patio de la casa a primera hora, bañarse constantemente en la piscina, pasear por callejuelas a las que no está acostumbrada, entrar y salir del patio para jugar en la calle....Son cosas que no podemos hacer aquí. Y nosotros......mucho relax. A mi marido le encanta correr por esas montañas. Accedes a la sierra a pie, tienes un río precioso, muchas rutas para caminar....él también estaba regalado! Y yo....también lo estaba. Nada de horarios, nada de maquillaje, ropa cómoda, calma, piscina...necesito poco!!! Muy bien...
Llegamos hace un par de días. Queríamos estar unos días en casa antes de empezar a trabajar. No sé vosotros, pero mi casa es un contínuo caos así que un poco de organización antes de empezar las rutinas no venía mal. Pero nos encontramos con una desagradable sorpresa. Había saltado el diferencial y se había ido la luz. Todo lo que teníamos en el congelador y en la nevera se pudrió y..., en serio, es una experiencia auténticamente asquerosa....
Al llegar a la puerta noté un olor muy desagradable. Pensé: "Uy, qué peste. Vendrá de casa?"
Abrí la puerta y la peste...sí, venía de casa. Abrimos ventanas, voy a la cocina y....el hedor era más intenso. Nos damos cuenta de que no hay luz y seguidamente abrimos la nevera para corroborar el horror. Y.... os juro que es una de las experiencias más asquerosas que he pasado en mi vida. Más que limpiar los vómitos y diarreas de mis hijas, más que cuando mi hija se hizo caca encima en la clase de natación y tuve que limpiar el bañador en el vestuario...muchísimo peor!!! Nunca un olor me había provocado arcadas. Ahora ya sí. Sólo os digo que no se ha podido salvar. Pobre nevera, era nuestra primera nevera y no le deseaba un final así. La verdad es que ya fallaba, no andaba fina, pero esto....En fin. Conclusión: nevera nueva.
Y bueno, espero entrar con más frecuencia porque últimamente se me pasan los meses que ni me entero. Espero que vuestro verano haya sido genial y hayáis podido descansar lo suficiente para volver con la energía renovada.
Hasta otra!
