miércoles, 14 de diciembre de 2011

COMO UN ROBLE

Hoy me he visitado nuevamente en el hospital. Tenía que recoger los resultados de la resonancia que me hice el mes pasado. Ya va a hacer 2 años de mi operación y cada año tengo que hacer un control. Desde que me operé, las visitas sucesivas siempre han sido con otro médico distinto al que me intervino. Mira que siempre me gustaría verle y no hay manera. Ni siquiera puedo hablar por teléfono con él. Es como si una burbuja de acero le protegiera, nunca puedo contactar con él. Este doctor es como un virus, sabes que existe pero nunca lo ves. Cuando estaba embarazada me tocaba hacer la resonancia, pero no sabía si podía hacerla estando así.
Pensé: llamo al hospital y hablo con él. ¿Qué? -En planta no está, te paso con consultas.
Consultas es como si tuviesen el teléfono descolgado, imposible hablar con nadie. Vuelvo a llamar y la de la centralita me pasa otra vez con planta, en planta me dicen que está en una sala a la que no puedo acceder, que lo intente más tarde. Así un día y otro. Hasta que indagando por internet, vi una página del Institut de Recerca del hospital, en la que aparecía un correo personal de él. De perdidos al río, total, no sé si se mirará este correo pero...........
Bingo!! Resulta que ha sido el método más eficaz, más rápido y más efectivo. A través de los mails me despejó las dudas del embarazo, e incluso he concertado mi visita de hoy gracias al correo.
Pero aún así, no he conseguido verle. Operación de urgencia y en consultas había otro médico de su equipo. No me ha importado, porque estaba Darío. Un médico majísimo, tímido, pero majísimo. En su día me hizo una punción lumbar que ni me enteré. Es de esas personas que les tienes que estirar para que hablen, pero cuando lo hacen, ves que su gran timidez le impide ser más abierto. Pero le sacas una sonrisa fácilmente, y siempre que le llamabas te atendía, a todas las preguntas que tuvieras. Majo, muy majo.

Bueno, hablando del tema más importante, estoy muy sana. La resonancia dice que está todo igual, o sea, bien. Se ve la huella del sangrado, la misma que se me ha visto siempre. Pero no hay rastro de nada por lo que haya que preocuparse. Así que otro añito más que echarse a la espalda.

No he olvidado lo que me pasó, pero casi. Mi vida volvió a la normalidad enseguida. Y si no fuera porque tengo que ir controlándome ya casi ni lo pensaría.
Hace pocos días mi marido recuperó las fotos que tenía en su móvil antiguo y ¡voilá! Aparecieron un chorro de fotos de mi costura, mi cabeza rapada, y mi cicatriz en diferentes momentos.
Ayyysss!!! Ahí si que se me ponen los pelos de punta.....

Bueno, ahora es una anécdota.
Hasta la próxima.

1 comentario:

  1. Muchas FELICIDADES WPA.. nunca mejor dicho como un ROBLE...
    Buff casi 2 años.. sabes que a mi me da la sensación que hace menos.. pero sí, vamos sumando y sumando.. y viendo todo lo que viviste desde ya otra perspectiva.. me alegro un montón.. un besote wpa.

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